¡Me voy de esta guerra!
La de todos los días,
la de esta mierda
tan amada
que llamo vida.
Me voy de levantarme
sin hacer nada
y sin hacer nada acostarme.
Me voy del estúpido hastío
de los semáforos,
de esperar en cualquier cola,
de los cacheos policiales.
Me voy de los putos políticos,
sus mítines vacíos
y sus ansias de crear huérfanos
matando a sus padres la razón,
me voy de sus decisiones
crueles,
de sus bolsillos llenos de sangre.
Me voy de la guerra en Siria,
y de todos los lugares,
me voy del indigente
y del emigrante,
me voy de los desplazados
y de sus niños muertos
de frío y de hambre,
me voy de que
ni una de mis putas letras
sirve para ayudarles.
Me voy de esta guerra,
ya no dispararé más balas,
ni tiraré granadas,
ni clavaré puñales.
Más no, ya no.
Me voy de esta guerra,
y creo que cambiaré de vida,
aunque yo sé que yo lo haga
no significará nada,
todo seguirá siendo la misma mierda,
como ayer, como siempre,
así es la vida.
Sólo hay una diferencia,
innegable,
para cambiarme,
para mirar de otro modo,
para quitarme el vómito
de los ojos,
para escaparme.
Y es esa coincidencia,
esa maravillosa coincidencia,
que tienen tus besos y mi arte,
esa que se dio aquella noche,
y aún se da,
dulce esperanza,
tras encontrarte.
Este es uno de los poemas que podrás encontrar en el libro:
