Poesía: A todos esos amos, y sus esclavos

El patrón me ha dado la mano
porque he matado a mi hermano,
iba a defender con guerrilla
los campos y el campesinado.
¡Un brindis por el patrón!
Que el patrón es un hombre justo;
yo no le culpo
por ordenar arrancarme los dientes
con unas tenazas,
al menos no me dio muerte
cuando estaba hambriento
y robé aquel trozo de vaca.
El patrón siempre tiene razón,
y más cuando usa el látigo
hasta rajar la carne
mientras yo sujeto
y él viola
al ajusticiado.
Es verdad,
a veces me da con el látigo
pero, después,
puedo tomar las sobras de la cocina
donde a escondidas lamo los platos.
¡Un brindis por el patrón!
Que el patrón es buena gente,
y muy, muy sabio,
pues controla todo muy bien
con los gritos y con el látigo.
Es cierto que viola por sistema,
a los niños, a las mujeres,
a los hombres
y a algún anciano.
Pero los viola para que recuerden,
para que no olviden quién es el amo.
Porque violar es su deber,
y el de otros es ser violado.
Por eso los viola, los viola…
¡Los viola porque han de ser violados!
Un día me dejará beber junto a él,
aunque sea sentado en el suelo
entre sus mastines
y con un collar al cuello.
El patrón…
¡El patrón es un gran hombre!
¡Un brindis por el patrón!
¡Que viva muchos años!
Que me llamó mi perro fiel,
mientras desangraba a mi hermano.

Este es uno de los poemas que podrás encontrar en el libro:

«EN LA LENGUA DEL LOBO «

BOCA ESDENTADA

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